¿Conoces a tu audiencia? Qué es, para qué sirve y cómo se construye un buyer persona

Una de las claves para el éxito de las estrategias de comunicación, educativas y de mercadeo, está en el conocimiento profundo de las audiencias objetivas. ¿A quién te vas a dirigir? ¿Qué características tiene? ¿Qué hábitos y gustos? ¿Dónde está ubicado o qué medios consume? ¿Qué rango de edad tiene? ¿Y de formación?

Si bien el  interés por el destinatario no es nuevo, desde siempre se han construido las estrategias en función de un público objetivo o target,  sí se ha modificado el nivel de caracterización de dicho público, gracias al auge de las tecnologías de información y comunicación y a la cantidad de data que es posible recoger y sistematizar a través de ellas. 

Hoy en día, más allá de unos datos demográficos básicos, de rangos de edad, nivel socioeconómico y ubicación estimada, pasamos a recoger información que profundiza en las características sicológicas y sociológicas de la audiencia, sus motivaciones y motivadores, sus miedos y dolores;  aquello que les genera alegría y satisfacción, sus hábitos y costumbres, así como la manera en la que usan la tecnología o consumen los medios. Dejamos atrás esa masa amorfa del público objetivo para enfocarnos en un consumidor/cliente/usuario particular, con nombre, apellido, cualidades, defectos y rasgos propios, que construimos como un personaje arquetípico al que podemos, entonces, ofrecerle una propuesta de valor única y generarle contenido a la medida, con mensajes relevantes, en un lenguaje que le es afín y por los canales idóneos.

Una vez esté listo tu avatar o tu buyer persona es hora de crear tu propuesta de valor para ese público y hacerlo a manera de afirmación: ¿qué vas a ofrecerle? ¿qué solución vas a darle?

Verónica Escobar
Guionista

Ude@ Educación Virtual