Admito que, cuando me inscribí al curso de Preparación para la Vida Universitaria, estaba mucho más interesada en la parte de razonamiento lógico que en la de competencia lectora. Sin embargo, viendo un en vivo, caí en la cuenta de que esta última es muy importante, incluso, en la resolución de problemas lógicos y que, aunque acertara todas las preguntas de razonamiento —cosa que es complicada—, si no respondía bien las relacionadas con la lectura no tendría un buen resultado en el examen.
Empecé los contenidos con poco interés, sentía que los hacía por cumplir, por realizar las actividades y tener una nota; hasta me aburría y no pensaba en lo realmente importante: aprender. Pero el curso me dio una lección, en mi primera actividad me fue muy mal, me puse triste y ansiosa, comencé a pensar que todo esto no era para mí y que por algo estaban pasando todas estas cosas (pandemia, confinamiento, entre otras). Por tal motivo, estuve varios días sin ingresar a la plataforma.
Hasta que vi un en vivo que, si mal no recuerdo, trataba sobre el aplazamiento del examen de admisión, y parece que Diosito hubiese mandado un mensaje a través de la profesora del curso, porque en esa transmisión se habló precisamente de la situación por la que estaba pasando. Era increíble escuchar cómo las palabras que ella mencinaba eran las mismas que se repetían en mi cabeza: «esto no es para mí». Su mensaje de aliento fue reconfortante y me impulsó a seguir.
Luego de eso, retomé todos los contenidos del curso y me sorprendí con mi cambio de actitud y la mejora en la comprensión de los temas y en el desarrollo de las actividades.
Angélica Guzmán Crespo
Estudiante de los cursos de Preparación para la Vida Universitaria