Según la Organización Mundial de la Salud (2004), la salud mental es un estado de bienestar en el cual el individuo “realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”. Es, además, junto con la salud física y social, el pilar del bienestar en los seres humanos.
A propósito de su importancia, mucho se ha teorizado y opinado sobre la influencia de la salud mental en un mundo en el que casi todas las interacciones se dan por medio de pantallas, y, si bien los estudios son poco concluyentes, es necesario fomentar un uso saludable de las mismas; que sigan siendo una ventana al mundo por la cual interactuar, adquirir nuevos conocimientos, acercarnos a lo que nos gusta y a quienes queremos.
El internet de las cosas, la inteligencia artificial y el blockchain son algunos de los conceptos que nos anuncian que estamos en medio de la cuarta Revolución Industrial, la cual es consecuencia de una combinación de diversos sistemas de información y tecnologías, y no de una sola como ocurrió en las revoluciones anteriores. Este proceso acelerado rompe con todos los paradigmas conocidos y representa un momento transformador en la historia de la civilización. Cada vez, tendremos acceso a más información en nuestra vida diaria, a más dispositivos y mayor interacción en la virtualidad.
Por otro lado, de esta relación entre tecnología y salud mental se derivan tensiones. Y es que cuando el hogar se convierte, además del espacio donde vivimos y compartimos en familia, en el lugar de trabajo; cuando los dispositivos tecnológicos son el medio por el cual se realizan las transacciones comerciales, trámites bancarios y de servicios de salud; cuando no tenemos la formación suficiente para manejar múltiples equipos y plataformas o no sabemos gestionarlas, podemos caer en un estado de tecnoestrés, un tipo de estrés específico relacionado, justamente, con la ausencia de habilidades para usar las nuevas tecnologías de forma saludable, que puede derivar en tecnoansiedad, tecnofatiga y tecnoadicción, según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
De esta manera, la promoción de la salud mental y el autocuidado como estrategias que posibilitan el goce de entornos y ambientes saludables se extiende al uso continuo de los dispositivos tecnológicos. A pesar de que el trabajo y la educación en casa nos han permitido seguir aprendiendo y siendo productivos incluso en la distancia, muchos han perdido los límites entre el horario de trabajo y su espacio íntimo, se han encontrado en aprietos a raíz de no tener competencias digitales, han visto disminuida su creatividad, se han resistido a utilizar las tecnologías, se han saturado de información, entre otras consecuencias.
¿Cuál es el lugar del uso de las nuevas tecnologías en la salud mental?¿Cómo enseñar, aprender, producir e intercambiar conocimientos de modo que no nos despojemos de lo que nos hace humanos, que no nos ahoguemos en el océano de información que es la internet?
A continuación, te compartimos algunos tips para evitar este tipo de estrés derivado del uso de las tecnologías:
- Busca formación: si es necesario, si sientes que no tienes los conocimientos o habilidades suficientes para manejar algunas tecnologías, puedes buscar ayuda o inscribirte a un espacio de formación. Así, mejorarás tu confianza en el uso diario de dispositivos y plataformas.
- Planea tu jornada: proyecta tus tareas del día sin sobrecargarte, haz uso de recordatorios, agendas, posticks, tableros, apps, etc.
- Desconéctate para conectar con tus sentidos: luego de tu jornada laboral o los fines de semana deja a un lado el computador o el teléfono, procura disfrutar de tus hobbies, relaciones familiares y personales.
- Practica técnicas de relajación y autocontrol: los ejercicios de respiración, meditación y actividad física te ayudarán a superar la angustia que te generan las tecnologías, y te darán más control sobre tus emociones.
Luisa Fernanda Gómez
Correctora de estilo
Ude@ Educación Virtual
Referencias bibliográficas
Organización Mundial de la Salud. (2018). Salud mental: fortalecer nuestra respuesta. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response#:~:text=La%20salud%20mental%20es%20un%20estado%20de%20bienestar%20en%20el,de%20contribuir%20a%20su%20comunidad.
Salanova, M., Llorens, S., Cifre, E. y Nogareda, C. (2007). El tecnoestrés: concepto, medida e intervención psicosocial. Nota Técnica de Prevención, 730, 21ª Serie. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo