Los barrios son fuentes de historias traducidas en ritmos, sabores, lugares, personas y acontecimientos; son centros para el encuentro, el intercambio de experiencias y la construcción de memorias que dan cuenta de escenarios únicos que reflejan los rasgos más profundos de nuestra identidad; son espacios orgánicos en donde se construyen vínculos entre individuos y una representación a pequeña escala de lo que como organismo puede ser la sociedad. Pero ¿cómo se narran los barrios? ¿De qué manera elevan su voz?
En este artículo conoceremos algunas experiencias en las que implementaron las TIC como plataformas para la construcción y visibilización de narrativas comunitarias, y cómo estas sirvieron como apoyo para las comunidades en sus búsquedas por contar sus territorios.
¿Cúal fue tu experiencia favorita? Cuéntanos en los comentarios.
Cada año aumenta la cantidad de producciones audiovisuales que se realizan alrededor del mundo, y Colombia no es la excepción. Debido a estímulos públicos y a alianzas con el sector privado, las historias se cuentan cada vez con mejor calidad y por diferentes medios. Nuestra cinematografía no tiene qué envidiar a ningún país porque tenemos las historias, el talento y las ganas de crear constantemente.
A propósito, en la ciudad de Medellín tenemos varios frentes que tratan multiplicidad de temáticas y se presentan por diversas plataformas; el resultado son productos de alto nivel que mejoran el panorama para la construcción de una industria local y nacional que cuente con lo más importante: el apoyo de espectadores.
Como sabemos, es difícil ver y disfrutar aquello que no se conoce; por esto, presentamos a continuación la visión del panorama local y los recomendados por algunos directores de la ciudad.
La ciudad de Medellín ha sido una gran aliada del arte y de la cultura apoyando iniciativas como las casas de la cultura, los teatros, las UVA, y los laboratorios de producción sonora. Con este apoyo, se ha buscado potenciar el talento de los diferentes artistas y mejorar su calidad de vida, además de posibilitar que niños, jóvenes y adultos tengan a su disposición diferentes espacios que contribuyan al entretenimiento sano. Esto permite ejercer los derechos y la democratización cultural de la ciudad, la transformación social y la construcción de estrategias para el fortalecimiento de la economía creativa.
Pero en medio de la actual emergencia sanitaria, este sector se ha visto seriamente afectado en el desarrollo de sus actividades, debido al cierre de sus instalaciones y a la suspensión de los eventos con asistencia de público para evitar aglomeraciones, reducir el contacto entre las personas y mitigar el riesgo de contagio del virus covid-19. Estos hechos generaron gran angustia dentro del gremio, ya que no se tenía claro cómo se iba a dar continuidad a los eventos de ciudad. No obstante, con el paso de los días y la creatividad que los caracteriza, lograron encontrar un aliado en los medios, las redes sociales y las TIC.
Por ejemplo, las bibliotecas públicas de Medellín, con el deseo de que los libros y sus letras sigan llegando a las personas sin importar dónde se encuentren, han establecido mediante sus redes sociales horas virtuales del cuento para realizar lecturas en familia. También, buscando ampliar su cobertura, dieron inicio a la estrategia de lectura telefónica, solo con llamar al número que cada biblioteca ha destinado para ello.
Por otro lado, desde la Cinemateca Municipal de Medellín, se vienen realizando proyecciones de documentales, largometrajes y cortometrajes de ficción, además de algunos conversatorios con productores y realizadores de la ciudad. Todo ello a través de sus redes sociales, pues allí anuncian la hora y la fecha de su proyección virtual y cuando llega el momento agendado para la función, publican un enlace por un tiempo limitado.
Asimismo, los conciertos y recitales también han implementado esta estrategia. Definen con antelación la fecha y la plataforma donde se realizará el evento y, según la programación, inician la retransmisión con el público que se conecta.
Los teatros de la ciudad no se han quedado atrás en este proceso. En Medellín, más o menos 30 teatros reciben recursos de la Alcaldía a través de la Secretaría del Arte y la Cultura Ciudadana, encargada de otorgar estímulos económicos mediante convocatorias públicas. Una de las convocatorias más emblemáticas es la denominada Salas abiertas, que busca fomentar las artes escénicas de mediano y pequeño formato que cuenten con un espacio apto, idóneo y seguro para la realización de las diferentes actividades con una programación permanente, garantizando así la promoción y el fortalecimiento de los procesos de creación, producción, circulación y consumo de la oferta cultural del sector.
Al quedarse sin un espacio físico para desarrollar su agenda, los teatros también fueron llamados a generar estrategias que posibilitaran el acercamiento al público a través de otros canales. En un principio se comenzó a trabajar con artistas, gestores, creadores y organizaciones, temas como manejo de herramientas digitales, plataformas virtuales, redes sociales, entre otras capacitaciones que ayudaron a generar espacios de contacto con sus audiencias. Gracias a todo esto, teatros de gran trayectoria y recorrido escénico como el Teatro Pablo Tobón Uribe, Corporación la Fanfarria, El manicomio de muñecos, entre otros, han creado una nueva programación donde se puede seguir disfrutando de sus obras y de otras actividades como lecturas de cuentos y poemas, charlas con los artistas, talleres, entre otras.
A pesar de todas las dificultades que la emergencia sanitaria ha traído, también ha propiciado momentos de reflexión para darse cuenta de que no todo está perdido, que cada día es una oportunidad de nuevos aprendizajes y que la tecnología está al servicio de las personas y con ella se puede generar un acercamiento entre diferentes espacios, desde lo cultural hasta lo formativo.
Finalmente, Jhoana Suárez, quien hace parte del área de comunicaciones del teatro Corporación la Fanfarria, plantea que «El teatro no se hizo para la virtualidad, sin embargo, este nuevo reto ha permitido que nos acerquemos a nuevos públicos y que las obras puedan ser vistas por personas de diferentes lugares de Colombia y también a nivel internacional. El arte supera el distanciamiento y conecta a las personas a través de los medios digitales, pues la experiencia supera la virtualidad. Sin embargo, esperamos volver a los teatros, a ese sueño construido con tanto esfuerzo por los artistas, grupos y colectivos artísticos de la ciudad».
¡Y que lo único que se nos contagie sea la esperanza!