¿Qué pasaría si fuese posible crear una máquina que facilitara nuestras vidas? Esta fue una pregunta que estuvo muy presente en los pensadores del siglo pasado. Algunos decidieron plantear escenarios ficticios para responderse, creando así historias tan grandes como inimaginables en lo que conocemos como ciencia ficción. Sin embargo, hoy en día, poco a poco nos hemos ido acercando a las ideas de ese siglo y la vida cotidiana en conjunto con las máquinas se ha hecho realidad.
Si bien no hemos llegado al punto de crear máquinas con conciencia propia, en nuestra era de avance tecnológico estamos conociendo lo que antes era impensable: robots que cumplen tareas específicas, voces artificiales que responden nuestras inquietudes, mundos completamente virtuales, entre muchas otras herramientas que tenemos a la mano, pero sobre las cuales no reflexionamos lo suficiente.
La inteligencia artificial (IA) es un concepto en el que se agrupan muchas definiciones, pero en síntesis podríamos hablar de máquinas programadas para cumplir ciertas tareas que, además, algunas de ellas ya nos resultan indispensables. El ejemplo más representativo son los teléfonos inteligentes, en estos es posible encontrar un gran número de funcionalidades que actualmente son necesarias para el correcto desarrollo de la sociedad y, por supuesto, la IA está presente en ellas. Por ejemplo, las búsquedas por reconocimiento de voz; es casi imposible que un teléfono inteligente no cuente con esta herramienta. Cuando pensábamos que las búsquedas escritas ya eran una revolución, en los últimos años ha llegado algo mucho más impactante, y es que con sólo activar el reconocimiento de voz es posible acceder a cualquier aplicación de nuestros teléfonos y de internet; también tiene otras funciones como desbloquear el celular y, en los más avanzados, configurarlo para que este sólo reconozca nuestras voces. Esto realmente era algo inconcebible hace un par de décadas.Otras inteligencias artificiales en nuestras vidas pueden estar en algo tan sencillo como el correo electrónico. Los detectores de spam también se encuentran dentro de la IA, pues detectan esos posibles mensajes no importantes para nosotros y los esconde de nuestra bandeja de entrada, facilitando la revisión.
Así mismo, el contacto con algunas empresas o entidades comerciales ya está mediado por IA. Hace unos años, a la hora de comunicarnos con el banco, por ejemplo, era necesario una larga llamada telefónica que no siempre respondía a nuestras necesidades. Hoy en día esa comunicación es posible de forma instantánea gracias a los chatbots, una cabina disponible en las páginas web donde sólo con palabras claves una inteligencia artificial logra resolver nuestras dudas, algo sumamente necesario para todas las empresas y que paulatinamente ha ido garantizando los canales de comunicación entre el cliente y la entidad.
Por otra parte, si eres una persona con dificultad para ubicarte en la ciudad, probablemente hayas usado alguna aplicación de mapas. Una herramienta sencilla que nos permite llegar a cualquier dirección sólo siguiendo sus indicaciones. Pues bien, esto también entra en la IA, gracias a que son apps programadas para dar información de ubicación en tiempo real, así como el nivel de tráfico, las mejores rutas, etc. Todo enfocado en facilitar nuestra movilidad.
En general, la IA no está tan lejos de nosotros como podríamos pensar. No es necesario tener un robot humanoide en casa para hacer uso de esta porque cada día se ha ido integrando a las necesidades básicas de una sociedad como la nuestra. La comunicación global, el desarrollo social y la constante construcción de nuevas tecnologías están haciendo no sólo posible sino necesaria la utilización de IA en el día a día. Después de conocer esta información, ¿qué inteligencia artificial crees que usas a diario? Cuéntanos en los comentarios.
Lisbeth Santa Rivero
Auxiliar de Mediación en Ude@