Vivimos en un mundo interconectado donde cada aspecto de nuestras vidas es monitoreado por los distintos dispositivos que usamos, las aplicaciones y las redes sociales que consumimos.
El estado en línea gana terreno y esto se debe, en parte, a la evolución misma de la tecnología, a la migración de lo laboral, lo educativo y lo social a plataformas digitales y a los desarrollos de las grandes compañías que diseñan algoritmos que analizan y traducen nuestros comportamientos en productos, servicios y contenidos que nos mantienen ‘pegados a las pantallas’.
En los mundos offline y online se nos ha considerado, de cierta forma, datos: al inicio tal vez no eran tan específicos y se recolectaban en periodos más amplios (encuestas demográficas, evaluaciones para estudios e investigaciones y bases de datos análogas), ahora se recolectan en tiempo real.
En consonancia con lo anterior, Paola Hincapié, docente universitaria y directora de contenidos de la Agencia El Grifo, en su nuevo espacio Paoh, (https://paohblog.com/ – @paohblog), analiza esa relación de la humanidad con las redes sociales y los dispositivos móviles.
Comprendo, luego decido
Hoy en día también se habla de la importancia de la desconexión y de ‘tomar una pausa’ del mundo online. No se pretende juzgar o simplemente criticar las redes sociales, sino promover una conversación y una reflexión a partir de la comprensión del funcionamiento de sus algoritmos, como lo sugiere Hincapié. Esto plantea, además, una mirada a contrastar lo offline y lo online: la inmersión que todos tenemos en un poco de ambos.
En tiempos de pandemia, la virtualidad cobró relevancia y el distanciamiento social también ha sido clave. Por ello las conexiones sociales y laborales migraron a las pantallas, pero no pueden quedarse exclusivamente en ellas.
Mucho se ha dicho de la necesidad de «reconectarnos con el mundo offline», dada la hiperconectividad a la que estamos expuestos en los espacios online; también se habla de promover una revolución en el uso del tiempo como lo expresan Carl Honoré (Elogio a la lentitud) y Byung-Chul Han (Sociedad del cansancio) a manera de contramedida frente al avance de la productividad desmedida y de la difuminación de las barreras entre las esferas laboral y personal.
Por este motivo, se fortalecen en el mundo movimientos como el Movimiento Slow propuesto por Carl Honoré* en su libro Elogio de la lentitud, incluso se instalan aplicaciones o se activan funciones propias de los teléfonos inteligentes (bienestar digital) que promueven pausas: tomar un descanso de las pantallas y reencontrarnos en la desconexión; refrendar los límites entre el tiempo laboral y el tiempo personal, familiar y social; y revivir conversaciones e interacciones no mediadas por el celular.
En otras palabras, la búsqueda de un equilibrio entre online y offline y, por supuesto, la posibilidad de decidir la relación que tenemos con los algoritmos.
¿Lo has intentado? Prueba establecer horarios o tiempos de desconexión y evalúa cómo te sientes y si funcionan para ti.
María Fernanda Monsalve
Guionista
Ude@ Educación Virtual
Referencias bibliográficas
* Carl Honoré, portavoz de este movimiento, propone «ralentizar la vida y reducir las cargas mentales, académicas o laborales para disponer de más tiempo de calidad». BBVA y El País. (2020). Aprendamos Juntos. El País. https://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/estamos-corriendo-por-la-vida-en-vez-de-vivirla-carl-honore/
Interesante planteamiento. Muchas gracias María Fernanda, es un hecho que tenemos que aprender a vivir en estos dos escenarios que se combinan cada vez más.
Saludos, Ximena
Nos alegra que este contenido te haya resultado interesante y estamos de acuerdo contigo en que cada día estamos más inmersos en dos espacios que convergen: lo online y lo offline.
Muchas gracias por dejarnos este comentario.
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Feliz día.