Algunas formas de darle vida a los datos

Si buscamos en el diccionario hay varias definiciones de datos. La que más se acerca a lo que nos interesa abordar en este texto es la que se da desde el campo de la informática: información dispuesta de manera adecuada para su tratamiento por una computadora.

Podríamos decir que los datos son como los átomos en el universo: ¡están en todas partes! Incluso —muchas veces sin darnos cuenta— estamos dejando datos a nuestro paso, los cuales son recolectados por diferentes plataformas, dispositivos y servidores. Cuando hacemos un viaje en transporte público usando nuestra tarjeta personalizada, generamos datos. Asimismo cuando decidimos hacer clic en la pauta que nos aparece en Instagram, esa que nos muestra lo que hacía tanto estabámos buscando. 

¿Quiénes generan esos datos? 

Todas las entidades gubernamentales y no gubernamentales, las instituciones educativas, los colectivos y las empresas producen datos que dan cuenta de la transparencia de sus gestiones, de las formas en las que están haciendo lo que sea que hagan y de su impacto en el mundo. Todo esto genera un conocimiento que muchas veces es subutilizado y que tiene en su interior formas muy potentes de explicar cosas que suceden en diversas áreas. 

¿Qué debemos hacer para sacar provecho de toda esa información disponible y crear historias con nuestros datos? 

Lo primero es tener una selección de datos; luego, un propósito claro de lo que queremos contar sobre esos datos; después, buscar el medio y la forma correcta de representarlos visualmente. 

Seguramente, al inicio de la pandemia por covid-19 viste los gráficos que aparecen en esta publicación del Washington Post. Pues bien, este es un excelente ejemplo de cómo los datos pueden contar historias. Si el periódico hubiese decidido publicar una tabla con las cifras de contagios, no habría sido tan comprensible para todos. 

Y como se aprende más viendo que consumiendo información textual, a continuación encontrarás algunas ideas sobre cómo se pueden presentar datos de formas variadas, así como herramientas que puedes usar para hacer visualizaciones de tus conjuntos de datos. Las aplicaciones pedagógicas que tienen son infinitas. Cuéntanos en los comentarios cómo puedes usar estas herramientas en el aula. 

Las posibles aplicaciones de herramientas de visualización de datos en ámbitos pedagógicos son tan infinitas como la imaginación de los docentes. A continuación dejamos un par de ideas: 

  • Se pueden usar mapas con información para contextualizar gráfica y sociopolíticamente hechos históricos. 
  • Puede hacerse reconocimiento y caracterización de grupos de estudio según características y cifras oficiales dadas por los gobiernos. 
  • En el ámbito de las ciencias naturales también permite hacer clasificaciones taxonómicas según inventarios de organizaciones públicas. Incluso, después podría mapearse el lugar y el predominio de especies según cada zona. 
  • Permite visualizar información recogida para trabajos de investigación y con esta mejorar el análisis, pues el sentido de la vista ofrece una mejor dimensión de la proporcionalidad. 

Laura Cristina García
Guionista – Ude@ Educación Virtual

Fronteras que se cruzan: puntos de encuentro entre arte y tecnología

El arte y la tecnología siempre han estado estrechamente vinculados. Por  ejemplo, algunos avances respecto a los pigmentos hicieron que las pinturas dejaran de estar ubicadas en los muros de las iglesias y se alojaran en esos rectángulos de madera que llamamos cuadros. Adelantos como el cine, la fotografía o la televisión tuvieron también un fuerte impacto en movimientos artísticos como el arte pop, el videoarte o el arte conceptual. 

No obstante, el panorama ha cambiado. Por eso te presentamos cuatro casos que muestran esa relación entre arte y tecnología en la actualidad.

Brayan Zapata
Guionista

Ude@ Educación Virtual

Nuestra vida entre lo online y lo offline

Vivimos en un mundo interconectado donde cada aspecto de nuestras vidas es monitoreado por los distintos dispositivos que usamos, las aplicaciones y las redes sociales que consumimos. 

El estado en línea gana terreno y esto se debe, en parte, a la evolución misma de la tecnología, a la migración de lo laboral, lo educativo y lo social a plataformas digitales y a los desarrollos de las grandes compañías que diseñan algoritmos que analizan y traducen nuestros comportamientos en productos, servicios y contenidos que nos mantienen ‘pegados a las pantallas’.

En los mundos offline y online se nos ha considerado, de cierta forma, datos: al inicio tal vez no eran tan específicos y se recolectaban en periodos más amplios (encuestas demográficas, evaluaciones para estudios e investigaciones y bases de datos análogas), ahora se recolectan en tiempo real.

En consonancia con lo anterior, Paola Hincapié, docente universitaria y directora de contenidos de la Agencia El Grifo, en su nuevo espacio Paoh, (https://paohblog.com/ – @paohblog), analiza esa relación de la humanidad con las redes sociales y los dispositivos móviles. 

Comprendo, luego decido

Hoy en día también se habla de la importancia de la desconexión y de ‘tomar una pausa’ del mundo online. No se pretende juzgar o simplemente criticar las redes sociales, sino promover una conversación y una reflexión a partir de la comprensión del funcionamiento de sus algoritmos, como lo sugiere Hincapié. Esto plantea, además, una mirada a contrastar lo offline y lo online: la inmersión que todos tenemos en un poco de ambos.  

En tiempos de pandemia, la virtualidad cobró relevancia y el distanciamiento social también ha sido clave. Por ello las conexiones sociales y laborales migraron a las pantallas, pero no pueden quedarse exclusivamente en ellas. 

Mucho se ha dicho de la necesidad de «reconectarnos con el mundo offline», dada la hiperconectividad a la que estamos expuestos en los espacios online; también se habla de promover una revolución en el uso del tiempo como lo expresan Carl Honoré (Elogio a la lentitud) y Byung-Chul Han (Sociedad del cansancio) a manera de contramedida frente al avance de la productividad desmedida y de la difuminación de las barreras entre las esferas laboral y personal.

Por este motivo, se fortalecen en el mundo movimientos como el Movimiento Slow propuesto por Carl Honoré* en su libro Elogio de la lentitud, incluso se instalan aplicaciones o se activan funciones propias de los teléfonos inteligentes (bienestar digital) que promueven pausas: tomar un descanso de las pantallas y reencontrarnos en la desconexión; refrendar los límites entre el tiempo laboral y el tiempo personal, familiar y social; y revivir conversaciones e interacciones no mediadas por el celular. 

En otras palabras, la búsqueda de un equilibrio entre online y offline y, por supuesto, la posibilidad de decidir la relación que tenemos con los algoritmos.  

¿Lo has intentado? Prueba establecer horarios o tiempos de desconexión y evalúa cómo te sientes y si funcionan para ti. 

María Fernanda Monsalve 
Guionista
Ude@ Educación Virtual

Referencias bibliográficas

* Carl Honoré, portavoz de este movimiento, propone «ralentizar la vida y reducir las cargas mentales, académicas o laborales para disponer de más tiempo de calidad». BBVA y El País. (2020). Aprendamos Juntos. El País. https://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/estamos-corriendo-por-la-vida-en-vez-de-vivirla-carl-honore/