El panorama del arte y la cultura en Medellín durante la emergencia sanitaria.

Julianza (2013). Medellín panorámica. https://pixabay.com/es/photos/medell%C3%ADn-colombia-panor%C3%A1mica-182352/ 

La ciudad de Medellín ha sido una gran aliada del arte y de la cultura apoyando iniciativas como las casas de la cultura, los teatros, las UVA, y los laboratorios de producción sonora. Con este apoyo, se ha buscado potenciar el talento de los diferentes artistas y mejorar su calidad de vida, además de posibilitar que niños, jóvenes y adultos tengan a su disposición diferentes espacios que contribuyan al entretenimiento sano. Esto permite ejercer los derechos y la democratización cultural de la ciudad, la transformación social y la construcción de estrategias para el fortalecimiento de la economía creativa.

Pero en medio de la actual emergencia sanitaria, este sector se ha visto seriamente afectado en el desarrollo de sus actividades, debido al cierre de sus instalaciones y a la suspensión de los eventos con asistencia de público para evitar aglomeraciones, reducir el contacto entre las personas y mitigar el riesgo de contagio del virus covid-19. Estos hechos generaron gran angustia dentro del gremio, ya que no se tenía claro cómo se iba a dar continuidad a los eventos de ciudad. No obstante, con el paso de los días y la creatividad que los caracteriza, lograron encontrar un aliado en los medios, las redes sociales y las TIC.

Por ejemplo, las bibliotecas públicas de Medellín, con el deseo de que los libros y sus letras sigan llegando a las personas sin importar dónde se encuentren, han establecido mediante sus redes sociales horas virtuales del cuento para realizar lecturas en familia. También, buscando ampliar su cobertura, dieron inicio a la estrategia de lectura telefónica, solo con llamar al número que cada biblioteca ha destinado para ello. 

Por otro lado, desde la Cinemateca Municipal de Medellín, se vienen realizando proyecciones de documentales, largometrajes y cortometrajes de ficción, además de algunos conversatorios con productores y realizadores de la ciudad. Todo ello a través de sus redes sociales, pues allí anuncian la hora y la fecha de su proyección virtual y cuando llega el momento agendado para la función, publican un enlace por un tiempo limitado.

Asimismo, los conciertos y recitales también han implementado esta estrategia. Definen con antelación la fecha y la plataforma donde se realizará el evento y, según la programación, inician la retransmisión con el público que se conecta.

Los teatros de la ciudad no se han quedado atrás en este proceso. En Medellín, más o menos 30 teatros reciben recursos de la Alcaldía a través de la Secretaría del Arte y la Cultura Ciudadana, encargada de otorgar estímulos económicos mediante convocatorias públicas. Una de las convocatorias más emblemáticas es la denominada Salas abiertas, que busca fomentar las artes escénicas de mediano y pequeño formato que cuenten con un espacio apto, idóneo y seguro para la realización de las diferentes actividades con una programación permanente, garantizando así la promoción y el fortalecimiento de los procesos de creación, producción, circulación y consumo de la oferta cultural del sector. 

Al quedarse sin un espacio físico para desarrollar su agenda, los teatros también fueron llamados a generar estrategias que posibilitaran el acercamiento al público a través de otros canales. En un principio se comenzó a trabajar con artistas, gestores, creadores y organizaciones, temas como manejo de herramientas digitales, plataformas virtuales, redes sociales, entre otras capacitaciones que ayudaron a generar espacios de contacto con sus audiencias. Gracias a todo esto, teatros de gran trayectoria y recorrido escénico como el Teatro Pablo Tobón Uribe, Corporación la Fanfarria, El manicomio de muñecos, entre otros, han creado una nueva programación donde se puede seguir disfrutando de sus obras y de otras actividades como lecturas de cuentos y poemas, charlas con los artistas, talleres, entre otras.

A pesar de todas las dificultades que la emergencia sanitaria ha traído, también ha propiciado momentos de reflexión para darse cuenta de que no todo está perdido, que cada día es una oportunidad de nuevos aprendizajes y que la tecnología está al servicio de las personas y con ella se puede generar un acercamiento entre diferentes espacios, desde lo cultural hasta lo formativo. 

Finalmente, Jhoana Suárez, quien hace parte del área de comunicaciones del teatro Corporación la Fanfarria, plantea que «El teatro no se hizo para la virtualidad, sin embargo, este nuevo reto ha permitido que nos acerquemos a nuevos públicos y que las obras puedan ser vistas por personas de diferentes lugares de Colombia y también a nivel internacional. El arte supera el distanciamiento y conecta a las personas a través de los medios digitales, pues la experiencia supera la virtualidad. Sin embargo, esperamos volver a los teatros, a ese sueño construido con tanto esfuerzo por los artistas, grupos y colectivos artísticos de la ciudad».

¡Y que lo único que se nos contagie sea la esperanza!

Estefanía Zapata Mora
Ingeniera Industrial

Los videojuegos como herramienta para aprender programación

Software, variables, codificación, palabras que para muchos representan una verdadera tortura. En la Universidad de Antioquia hay una gran cantidad de carreras, además de las ingenierías, que incluyen dentro de sus planes de estudio uno o varios cursos de algoritmos y programación. Hablar con la máquina no es una tarea fácil, y mucho menos cuando las herramientas que se usan para esto son complejas, cargadas de texto, con menús llenos de opciones y largos mensajes de error. Parece que todo el conocimiento de la humanidad se centrara en la punta de un alfiler y esta se clavara en nuestro cerebro, provocándonos gran dolor y estrés.

Si bien la tecnología ha avanzado significativamente, pasando de codificar en placas perforadas a hacerlo en un computador personal, en las universidades la enseñanza no ha tenido la misma evolución. Los docentes enseñan programación de la misma forma en que ellos aprendieron, lo que cambia es el lenguaje o el paradigma; sin embargo, todos debemos ver los mismos temas (condicionales, ciclos, arreglos, matrices, etc.), e incluso, muchas veces, los mismos ejercicios.

Existen personas, organizaciones, y empresas que se han cuestionado por el uso de las nuevas tecnologías en el marco de la enseñanza, y es aquí donde nace la alternativa del uso de los videojuegos como herramienta de acercamiento a la programación. No obstante, esta estrategia no es del todo nueva, pues en el 2011, Valve Corporation empezaba a explorar la enseñanza de la física, las matemáticas, y la química usando su motor Source, a través del proyecto “Learn with Portals”.

A continuación, te presentamos dos ejemplos de videojuegos hechos para aprender sobre programación.

  1. Rabbids coding!

Nota: para empezar, es necesario aclarar que este videojuego no pretende enseñarnos un lenguaje concreto de programación (Java, C++, Python), sino acercarnos a la lógica que está detrás de estos y que es común en todos ellos. 

Creado por la empresa Ubisoft, en octubre del 2019, se trata de un personaje, en la mayoría de los casos un conejo, que debe resolver un problema de lógica para avanzar al siguiente nivel. En principio, los problemas son tan sencillos como hacer que el conejo avance o dé la vuelta. Sin embargo, poco a poco se van complejizando hasta llegar al punto donde es necesario sentarse a pensar en la solución.

Esta dinámica de avanzar y agregar complejidad, nos proporciona la experiencia de aprender la lógica de la codificación en una dimensión diferente. También nos enseña estructuras complejas de entender, como los ciclos, y hace especial énfasis en la utilización de estos para mejorar nuestros algoritmos.

Cuando iniciamos un nivel, en la parte izquierda de la pantalla tenemos la zona donde iremos desarrollando nuestro algoritmo. A diferencia de las interfaces tradicionales de texto, en este aplicativo las instrucciones se desarrollan uniendo cajas de forma secuencial. Cada caja representa una instrucción, y el objetivo es crear un conjunto de estas que den solución al problema. Las directrices son variadas, pues podemos tener, por ejemplo, “avanzar hacia adelante”, “recoger objetos”, “voltear a la izquierda”, etc.

La puntuación está basada en estrellas, donde tres representan una solución óptima; y una significa que el problema tuvo solución, pero esta pudo ser mejor. Lo anterior se traduce en un problema común en la programación y es que, si bien no existe algoritmo perfecto, hay soluciones más eficaces que otras, bien sea porque su tiempo de ejecución es más corto o porque tiene menos pasos.

2. Code combat

Este videojuego es un proyecto opensource, con un equipo base de 31 personas y más de 450 contribuyentes, y busca enseñarnos el lenguaje JavaScript y Python, dos de los más usados e importantes en la actualidad. A diferencia del anterior, este funciona a través del navegador. Hasta el momento de esta publicación, cuenta con nueve mundos, los cuales tienen entre 12 y 109 niveles cada uno y que abren la posibilidad de aprender desde sintaxis y variables, hasta técnicas avanzadas de interacción con la máquina.

Cuenta con un personaje, Hero, que a lo largo del juego —y de forma gradual— nos va introduciendo conceptos importantes como son cadenas de texto, métodos, parámetros, ciclos, entre otros. 

Al iniciar un nivel, nos aparece una ventana que indica los temas que vamos a aprender en este.

La metodología es similar a la de Rabbids coding!, pues en la parte derecha de la pantalla tenemos un editor de texto en el que escribiremos nuestro algoritmo. Una vez lo completemos, presionamos “Run” para ejecutarlo y visualizar, en la parte izquierda de la pantalla, a nuestro personaje realizar lo que le indicamos.

Por último, existe una sección en cada escenario donde podemos ver la teoría tras los algoritmos que estamos escribiendo. Lo cual es importante, dado que amplía y da fundamentos teóricos a las acciones que estamos tomando.

A manera de conclusión, es importante reconocer que vivimos en una era digital y, por tanto, debemos perder el miedo a explorar nuevos horizontes. Asimismo, en el ámbito educativo, más áreas del saber están integrando la programación en sus pensum, ya que herramientas como estas podrían ayudar a los estudiantes a aprender sobre algoritmos con mayor facilidad.

Sigifredo Escobar
Desarrollador Front-end de Ude@

Mi experiencia con el aprendizaje en línea

Durante mis años de colegio, Rosetta Stone fue el primer acercamiento que tuve con una modalidad de aprendizaje autónomo, luego vino Edmodo, después Khan Academy, más adelante Coursera y Google Classroom, y muchas otras fuentes útiles. Las redes sociales nacieron y prosperaron mientras yo estudiaba la secundaria, y la idea del aprendizaje en línea fue evidente. Ahora, como muchos otros estudiantes de educación superior, me reencuentro con este durante el tiempo de aislamiento social, de una forma casi obligatoria. Sin embargo, a partir de estas experiencias pasadas y otras más actuales pude reconocer que, para disfrutar de este y no reprobar en el intento,  era necesario tener en cuenta tres cosas.

En primer lugar, se hizo indispensable reconocer qué tipo de estudiante era y llegué a la conclusión de que hago parte del grupo de alumnos independientes y motivados que, de alguna u otra forma, necesitan algún tipo de estructura. Me encantó el hecho de que podía moverme al ritmo que creía necesario, incluso, si me demoraba hasta la medianoche. Los cursos en línea actuales, desde mi punto de vista, son maravillosos para las personas que, como a mí, les gusta escabullirse en un contenido hasta lograr su comprensión o hasta que se les sequen los ojos. Lo que suceda primero. 

La necesidad de la estructura, por otra parte, proviene de mi necesidad de confirmar el conocimiento adquirido o de solicitar una extensión en dicha comprensión. Para mí eso es esencial, sin importar si es una clase de idiomas, de crochet, de escritura o de cocina. Yo tiendo a disfrutar del diálogo y de ser orientada cuando aprendo y estos, por obvias razones, son importantes para mi formación en la mayoría de los casos. Por eso comencé a rehuir aquellos cursos que carecían de diálogo y de un plan de estudio determinado, pero que requerían ver videos interminables, tomar notas, responder preguntas, evaluar y repetir.

También hay algo valioso de la adquisición de esa estructura que surge cuando uno, como estudiante, debe reunirse en momentos específicos durante la semana o realizar ciertas entregas puntuales. Aprender a construir mi propio calendario y hacer un seguimiento de las tareas que debía realizar ha sido muy importante para mi proceso formativo y mi crecimiento personal. 

En segundo lugar, otorgar importancia a las opciones de interacción (sincrónicas y asincrónicas) propuestas. Hace algún tiempo tuve la oportunidad de matricular un curso virtual en una universidad extranjera y el docente, en ese entonces, no nos permitía el envío de notas de voz para realizar nuestras preguntas sobre los trabajos y proyectos propuestos, tampoco planteó asesorías o encuentros sincrónicos para la realimentación de estos.

En vez de eso, teníamos que escribir nuestras dudas (algunas muy puntuales y otras bastante extensas), adjuntar una foto de la sección del proyecto en el cajoncito del chat para que el docente supiera de qué estábamos hablando y enviar todo a un tablero de mensajes que estaba disponible durante una hora a la semana. Pasado este tiempo, se inhabilitaba hasta la semana siguiente. Recuerdo que al poco tiempo había perdido la motivación y opté por cancelar el curso. 

La interacción es una pieza necesaria de aprendizaje en línea. Si bien, hay algunas cuestiones académicas que pueden abordarse de forma escrita, el uso de notas de voz, la dedicación de algunos minutos para la realización de videollamadas a través de plataformas como Zoom, Skype o Google Meet, permiten que uno como estudiante pueda expresar sus ideas de forma directa, plantear las discusiones de una forma más controlada y profundizar nuestro propio conocimiento y comprensión de temas y conceptos. La interacción que proponga el docente es importante, al igual que sus comentarios y orientación oportuna.

En tercer lugar, aprender a planificar mis horas de estudio. El mayor nivel de estupefacción que he tenido hasta ahora es haberme dado cuenta durante algunos de mis procesos de aprendizaje en línea que, si bien tenía encuentros sincrónicos pocos días a la semana y durante ciertas horas, si no planificaba bien la realización de mis deberes académicos, no iba a tener tiempo para nada. La responsabilidad de dedicar un promedio de horas al estudio autónomo de cualquier contenido se mantiene y, de hacerlo de forma correcta, permite flexibilidad suficiente para aprender, adelantar contenidos y dedicar tiempo a las diversas actividades de ocio en toda su extensión.

Asimismo, para mí fue esencial desarrollar un comportamiento como estudiante en modalidad virtual y descubrí que tener un sistema general de flujo de clase hacía que estas fueran más llevaderas. Por ejemplo, para un contenido sencillo cuyo tiempo estimado era 1 hora, destinaba 25 minutos para revisión y lectura de los materiales, 20 minutos de práctica, 10 minutos de descanso y 5 minutos de finalización y preparación para el próximo contenido.

Es cierto que todos aprendemos diferente. Hay personas que no logran adaptarse a las dinámicas virtuales y eso no está mal; otras, como yo, logran tener experiencias positivas. Hasta el momento, he tenido la oportunidad de matricularme en diversos cursos, unos de carácter académico y otros más laxos, que me han permitido desarrollar diversas aptitudes para el manejo del tiempo, el uso de nuevas herramientas y recursos, y generar nuevos intereses. Este tipo de formación puede ser muy valiosa, siempre y cuando se aborde con un interés genuino, de una forma ordenada y se cuente con las herramientas adecuadas.

María José Mercado Castrillón
Estudiante de Filosofía

Aprender en la virtualidad a través de los MOOC

Desde el año 2012, los cursos masivos abiertos y en línea (MOOC) se lanzaron como una tendencia de la educación virtual a nivel mundial. Desde su concepción, fueron pensados para hacer el conocimiento accesible para más personas, permitir la conexión entre ellas y posibilitar la emergencia de comunidades de aprendizaje o redes de colaboración.

Esta última característica no fue propiamente intencionada, pero se estimaba que si personas de diferentes latitudes se reunían en un mismo espacio formativo y realizaban actividades entre sí, podrían mantener el contacto entre ellas, además de analizar y reflexionar los temas de interés desde sus contextos.

Por otro lado, desde el atributo de masividad, se han identificado algunas “problemáticas” como la alta deserción y la dificultad sobre cómo realizar la evaluación. El tema de la deserción en los MOOC es de consulta, análisis e investigación frecuente. En muchos casos es visto como un problema porque, tradicionalmente, una persona toma un curso y desarrolla todos los contenidos y actividades que allí se establecen, pero como estos espacios son abiertos, las personas no están en la obligación de mantenerse. Como respuesta a esto, muchos teóricos defienden que, por tratarse de un curso abierto, el participante debe tener la potestad de entrar, consultar y digerir aquello que sea de su interés, sin la necesidad de desarrollar los contenidos a cabalidad.

Asimismo, la dificultad que se ha manifestado en diferentes estudios con el tema de la evaluación en los cursos masivos, cae justamente en el mismo círculo de pensar en estos como espacios tradicionales. Los MOOC se sostienen bajo el principio de autonomía del estudiante, por tanto, el participante define si termina o no sus actividades ya que existe una gran variedad de estrategias para evaluar en la virtualidad. 

En un caso particular, por ejemplo, hace poco me llegó la oferta de unos cursos que se dedicaban a trabajar las tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento (TAC), las competencias digitales docentes (CDD), y la colaboración y la evaluación en entornos de aprendizajes virtuales. Al ver que estas temáticas son de mucha pertinencia para nuestro contexto actual, decidí matricularme y desarrollar uno de estos.

El curso al que me inscribí constaba de 4 unidades, las cuales se podían explorar sin seguir un orden establecido. Inicialmente estudié las Unidades 1 y 4, luego lo abandoné y no hice ninguna de sus actividades. Semanas después, en el trabajo me solicitaron proponer algunas estrategias de evaluación, entonces retomé el curso, terminé las unidades faltantes sobre evaluación y volví a abandonarlo sin hacer ninguna actividad ni evaluación.

Todo esto sucedió antes de escribir este artículo, sin embargo, en este ejercicio de escritura y retomando la experiencia propia, volví a constatar que los cursos masivos no se rigen por el formato tradicional. Concluí entonces que los usuarios —que no son estudiantes en amplio sentido de la palabra— son personas que participan en un espacio formativo en búsqueda de un conocimiento que no poseen. Si esto sucede, es posible afirmar que los MOOC cumplen con su propósito: ser abiertos, en línea y masivos.

¿Has tenido la oportunidad de estar un curso de este tipo? Compártenos tu experiencia en los comentarios.

Johana Milena García
Gestora de Proyectos de Ude@

Ude@ Educación virtual lanza sus primeros cursos masivos abiertos y en línea (MOOC)

Como iniciativa para ampliar la oferta formativa de educación continua de la Universidad de Antioquia, y con el propósito de llegar a los diferentes públicos de la comunidad universitaria, Ude@ Educación Virtual hace lanzamiento de dos cursos virtuales gratuitos que se ofrecen de forma masiva y que poseen una metodología autogestionable, también conocidos como MOOC.

El primero, Enseñar, conversar y aprender: la comunicación en entornos virtuales, tiene como objetivo generar en los profesores el desarrollo de competencias para fomentar la comunicación y la interacción con los estudiantes en escenarios virtuales. Este curso, que se desarrollará entre el 18 de mayo y el 18 de agosto de 2020, contará con dos webinars: Estrategias y casos de comunicación en entornos virtuales, que se llevará a cabo el 1 de julio a las 2:00 p.m.; y Creación de un recurso educativo, que se realizará el 22 de julio a las 10:00 a.m. 

Si quieres hacer parte de ellos, debes estar atento a nuestra página de Facebook https://www.facebook.com/UdeArroba/ 

El segundo MOOC, La Web: de lo conceptual a lo práctico, busca abordar diferentes conceptos relacionados con el uso de aplicaciones y el manejo de dispositivos tecnológicos para apoyar los procesos de formación y el mejoramiento de las competencias tecnológicas. Cabe mencionar que este curso se ofrecerá al público en general, entre el 6 de julio y el 17 de agosto. Las inscripciones se encuentran disponibles en este enlace: https://bit.ly/MOOC-La-Web

Se espera que con esta oferta de formación que se plantea desde Ude@ Educación Virtual, las personas se familiaricen con el uso y apropiación de las TIC en sus procesos de enseñanza-aprendizaje y que accedan a diferentes alternativas de formación, de acuerdo a sus necesidades específicas.

¿Qué otras temáticas te gustaría abordar en próximos MOOC de Ude@ Educación Virtual? Déjanos tu respuesta en los comentarios.


Aprende, sacándole provecho a tus dispositivos móviles

Sabemos que, por la situación que vivimos en este momento, nos estamos enfrentado a grandes retos como enseñar y aprender desde casa, utilizando las diversas herramientas que tenemos a nuestra disposición. 

Gran parte del uso que les damos a nuestros dispositivos móviles es para la comunicación con otras personas, para el entretenimiento y para el ocio; sin embargo, cuando aprovechamos estas tecnologías para crear o compartir contenidos, acceder a herramientas o aplicaciones, fortalecer el autoaprendizaje e investigar sobre algunas temáticas que hemos abordado durante nuestras clases, estamos haciendo uso del m-learning o aprendizaje móvil.

De acuerdo con Torres, Infante, y Torres (2015), el m-learning se define como una estrategia de enseñanza y aprendizaje donde se hace uso de los dispositivos móviles para darle ubicuidad a los procesos y combinar el aprendizaje formal con el informal que se desarrolla en otros escenarios que ofrecen los dispositivos con acceso a internet. Puede decirse que su finalidad es generar el desarrollo de habilidades para la autogestión de los aprendizajes y para motivar al uso social de los dispositivos en el campo educativo.

¿Quieres saber cómo fortalecer tus prácticas para el aprendizaje móvil? Te compartimos algunos consejos para aprender, sacándole provecho a tus dispositivos:

  1. No te satures utilizando muchas aplicaciones al tiempo; por ejemplo, si quieres aprender nuevos idiomas, empieza descargando una aplicación y si ves que no te funciona utiliza otra hasta que llegues a la que te ofrezca mejores posibilidades de aprendizaje.
  2. Si tienes dudas sobre un tema que te explicaron en clase o tienes curiosidad sobre alguna temática, aprovecha tus dispositivos para investigar y consultar información relacionada, pero verifica muy bien que las fuentes sean confiables.
  3. Utiliza las redes sociales y los diferentes canales de comunicación para conversar con tus compañeros sobre temas académicos, incluso, puedes crear foros de debate para intercambiar ideas y opiniones.
  4. Recomienda a otras personas aquellas aplicaciones, herramientas y recursos que han sido de gran utilidad para fortalecer tus aprendizajes, seguro ellas te lo agradecerán.
  5. Utiliza los dispositivos móviles para crear contenidos. Si tienes algún conocimiento que quieres compartir con otros, aprovecha las herramientas que tienes a la mano para realizar videos, infografías, podcast, escritos, interactivos, entre otros contenidos digitales.

Esperamos que estas recomendaciones sean de utilidad para tu proceso de aprendizaje desde casa. ¿Tienes otros tips adicionales? Escríbelos en los comentarios.

Por último, queremos compartir contigo este pequeño E-book donde conocerás otras recomendaciones y algunas herramientas para fortalecer tus habilidades para el aprendizaje móvil.

Referencias bibliográficas
Torres, J., Infante, A., y Torres, P. (2015). Aprendizaje móvil: perspectivas. RUSC. Universities and Knowledge Society Journal, 12(1), pp. 38-49.

Los recursos interactivos para los procesos de enseñanza y aprendizaje

Los contenidos interactivos en la enseñanza y el aprendizaje, facilitan la construcción de los saberes y la apropiación del conocimiento porque permiten integrar diferentes formatos que se adecúan a los estilos de aprendizaje de los estudiantes, dado que pueden incluir y combinar el audio, la imagen, el texto, el video, la animación, entre otros lenguajes multimedia.

Uno de sus grandes beneficios es que ayudan a la apropiación de los conocimientos y a mantener la atención del estudiante, puesto que es este quien decide cómo explorar el contenido y elige los materiales que tiene a su disposición para la comprensión de la información. Además, se adaptan a las necesidades particulares del usuario y a su propio ritmo de aprendizaje.

Dentro de sus mayores ventajas, se encuentran:

  • Tener un mayor flujo de la información porque permite presentarla en diferentes niveles de navegación.
  • Generar un rol activo del estudiante a la hora de explorar los elementos del recurso.
  • Tener una interfaz enriquecida con elementos multimedia que mejoran el nivel de interacción.

Realizar este tipo de recursos es una oportunidad para que, tanto docentes como estudiantes, utilicen las tecnologías a su favor en la educación, ya que gracias a ellas pueden acceder a diversas plataformas y herramientas que permiten crear este tipo de insumos de forma simple y gratuita.

Por tal motivo, queremos compartir dos herramientas muy útiles a la hora de desarrollar estos contenidos. Si las empiezas a utilizar, pronto les podrás sacar provecho para las actividades académicas.

Genially
https://www.genial.ly/es

Es un software en línea que permite crear presentaciones, infografías y otros recursos interactivos; estos pueden contener textos, videos, efectos visuales, sonidos e imágenes que puedes organizar de diversas maneras para integrar los contenidos.

Timegraphics
https://time.graphics/es/

Es una herramienta web intuitiva y fácil de usar, que permite la creación de líneas de tiempo, las cuales pueden integrar texto, audio, imágenes, gráficos y videos.

¿Has utilizado este tipo de herramientas que permiten realizar contenidos interactivos? Cuéntanos en los comentarios.

“Como profesor estoy muy permeado por las TIC y las utilizo para motivar a mis estudiantes a la apropiación de los conocimientos”

Mi nombre es Elkyn Johan Granados Vega, soy químico Farmacéutico, magíster en Epidemiología y candidato a doctor en Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias; además, soy docente de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias. Desde hace aproximadamente cinco años he tenido el acompañamiento de Ude@, cuando inició la especialización virtual de la Tecnología en Regencia de Farmacia y, por medio de este, he logrado apreciar no solo la evolución del programa hasta este momento, sino también la transformación de las herramientas con las que se trabaja en la virtualidad.

Hoy existen nuevos conceptos de lo que significa la educación virtual o la educación mediada por tecnologías porque este proceso ha permitido la retroalimentación en el entorno educativo, la interacción en los escenarios virtuales y la creación de conocimientos de forma colaborativa. No obstante, integrar las TIC en los procesos de enseñanza-aprendizaje ha sido un gran reto para mí como docente, pero también para mis estudiantes porque nos hemos enfrentado a diversas dificultades; sin embargo, gracias al apoyo recibido por parte de Ude@, estas dificultades se han convertido en oportunidades muy importantes, por ejemplo, la apropiación de los contenidos de forma más efectiva.

La educación virtual ha sido un punto de desconfianza para quienes integramos la comunidad académica, pero con el acompañamiento de Ude@ y de su equipo de profesionales, desde sus asesorías para la creación de los cursos, el apoyo para la apropiación de las herramientas tecnológicas y la creación de contenidos, se ha logrado cerrar esa brecha y, además, convencer a los estudiantes y a los profesores de que la educación virtual también es de calidad.

Por último, quiero agregar que como docente estoy muy permeado por las herramientas tecnológicas. Personalmente, disfruto de integrar las TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje porque sé que con ellas puedo incentivar a mis estudiantes, no solo de la modalidad virtual sino también de la modalidad presencial, para que se apropien de los conocimientos que se imparten en las clases y utilicen diversas herramientas, programas y recursos que pueden tener a su disposición para aprender. 

¿Quieres compartir tu experiencia con el uso de las TIC en los procesos de enseñanza-aprendizaje? Cuéntanos en los comentarios.

Elkyn Johan Granados Vega
Docente de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias