En 1990, el mundo era todavía análogo. El Walkman había tenido su momento de gloria y le había cedido el puesto a los Discman; algunos se sentaban frente a las grabadoras para poder presionar el REC cuando sonara su canción favorita en la radio; e Internet era algo de lo que se leía en medios especializados, todavía lejano para estas tierras. En las casas solía haber una línea telefónica, con varias extensiones, y las peleas se armaban alrededor de a quién le tocaba el turno de usarla, o bien, de quién debía contestar cuando el aparato sonaba y nadie quería tomarse la molestia. La televisión se dormía a media noche, salvo que fueras de los pocos privilegiados que tenía acceso a una antena parabólica en casa, o a un costoso e incipiente servicio de televisión por cable con 30 opciones de entretenimiento continuo.
Eran otros tiempos y en Ude@ nos preguntamos, ¿cómo habría sido esta pandemia, ocasionada por la covid-19, de haber ocurrido en aquella época? Las respuestas a este interrogante no las dimos nosotros, sino algunos amigos a través de nuestras redes sociales personales. Acá te dejamos sus aportes:
La interacción consiste en ejercer una acción de modo recíproco entre dos o más personas, entidades, agentes, fuerzas o funciones. Por consiguiente, en nuestra realidad, interactuar con quienes compartimos un mensaje por medio de la virtualidad es un reto que nos exige ser más creativos y estar al día con las herramientas de vanguardia, esas que son constantemente renovadas o mejoradas por desarrolladores que tienen presente la evolución actual.
Ahora, en el ámbito educativo, cuando debemos construir una presentación creativa, tenemos un universo de posibilidades y estrategias. Pero, ¿existe alguna de estas que nos permita ir más allá de solo presentar?
Una de las claves para el éxito de las estrategias de comunicación, educativas y de mercadeo, está en el conocimiento profundo de las audiencias objetivas. ¿A quién te vas a dirigir? ¿Qué características tiene? ¿Qué hábitos y gustos? ¿Dónde está ubicado o qué medios consume? ¿Qué rango de edad tiene? ¿Y de formación?
Si bien el interés por el destinatario no es nuevo, desde siempre se han construido las estrategias en función de un público objetivo o target, sí se ha modificado el nivel de caracterización de dicho público, gracias al auge de las tecnologías de información y comunicación y a la cantidad de data que es posible recoger y sistematizar a través de ellas.
Hoy en día, más allá de unos datos demográficos básicos, de rangos de edad, nivel socioeconómico y ubicación estimada, pasamos a recoger información que profundiza en las características sicológicas y sociológicas de la audiencia, sus motivaciones y motivadores, sus miedos y dolores; aquello que les genera alegría y satisfacción, sus hábitos y costumbres, así como la manera en la que usan la tecnología o consumen los medios. Dejamos atrás esa masa amorfa del público objetivo para enfocarnos en un consumidor/cliente/usuario particular, con nombre, apellido, cualidades, defectos y rasgos propios, que construimos como un personaje arquetípico al que podemos, entonces, ofrecerle una propuesta de valor única y generarle contenido a la medida, con mensajes relevantes, en un lenguaje que le es afín y por los canales idóneos.
Una vez esté listo tu avatar o tu buyer persona es hora de crear tu propuesta de valor para ese público y hacerlo a manera de afirmación: ¿qué vas a ofrecerle? ¿qué solución vas a darle?
Para nadie es un secreto que, en los últimos años, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han tomado un papel importante en diferentes campos de nuestra vida cotidiana, pues nos permiten comunicarnos, informarnos y —al mismo tiempo— adquirir conocimientos. Debido a la contingencia actual, muchos procesos de la presencialidad se volcaron a los entornos digitales, los cuales, entre otras cosas, nos han abierto un abanico de posibilidades para darles continuidad a nuestras actividades académicas, laborales, familiares y sociales.
Seguramente, en este 2021, continuaremos con muchas dinámicas propiciadas por el uso y la integración de las TIC, lo que nos convoca a repensar y buscar diferentes alternativas para mantener la interacción a través de los diferentes medios y canales que tenemos a nuestro alcance.
A continuación, te compartimos algunas de las tendencias actuales de la comunicación digital:
Estas son solo algunas de las tendencias que continuarán creciendo durante este año en materia de comunicación digital. ¿Qué otras crees que se mantendrán, tomarán fuerza o surgirán durante este año? Cuéntanos en los comentarios.
Ana María Zuluaga Gestora de Canales Digitales Ude@ Educación Virtual
Si bien Colombia ha avanzado en la adopción de tecnologías, permitiendo reconocer un esfuerzo para reducir la brecha tecnológica y mejorando en infraestructura y democratización de las mismas, no se tiene el mismo avance en el uso efectivo de estas, pues es evidente, no solo un analfabetismo digital sino también un desaprovechamiento tecnológico. Según el estudio del Centro Nacional de Consultoría, CNC (2020), en menos de 5 años, Colombia pasó de tener 60 % de población con acceso a Internet a un 80 %, mejorando en cubrimiento, calidad y servicios; sin embargo, más del 40 % refiere una apropiación orientada a las herramientas básicas para comunicarse con familiares, amigos y entretenerse (ver figura 1).
Tomado de CNC (2020)
En este sentido, la población colombiana no usa las herramientas tecnológicas e Internet de manera efectiva, incluso puede considerarse que existe una brecha mayor en el aprovechamiento tecnológico; es quizá por esto que Colombia presenta la productividad más baja de la lista de países de la OCDE, donde se caracteriza por altos niveles de informalidad, recursos limitados para la innovación y apropiación tecnológica, así como para modernización y competitividad empresarial (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, 2019).
Por consiguiente, en plena era de las tecnologías de la industria 4.0, como la IOT, la brecha tecnológica es aún más extensa con respecto a países desarrollados. Cuando una tecnología emerge en nuestro país tarda más de diez años en consolidarse, así lo demuestra el índice de apropiación digital (ver figura 2), donde se evidencia un rápido crecimiento en la apropiación digital en Colombia, equivalente al 0,23 a nivel mundial; sin embargo, al contrastarlo con un país europeo como Holanda (con un índice del 0,4), Colombia necesitaría 30 años para igualar sus desarrollos, y si quisiera acercarse al desarrollo de otros países más cercanos como Chile (con índice 0,31), necesitaría cerca de 10 años.
Tomado de CNC (2020)
No obstante a este crecimiento, Colombia resalta en Latinoamérica como uno de los países que más contenido streaming consume, del cual casi el 70 % del tráfico de red está destinado a entretenimiento de video, música y redes sociales; y solo un 10 % se puede destacar como tráfico usado en herramientas productivas (Comisión de regulación de comunicaciones, 2020). Esto evidencia cómo el ciudadano común no está interesado en el aprendizaje de herramientas productivas, y es proclive, por ejemplo, a caer en la inmediatez de las noticias, siendo vulnerable a la manipulación de estas. Lo anterior nos lleva a la paradoja de las sociedades de conocimiento altamente informadas, pero sin criterios propios, lo que impacta la forma de pensar y la cultura misma (Beltrán, 2017).
Es posible afirmar, entonces, que esta paradoja de la adopción de las tecnologías digitales en Colombia nos está arrastrando a un abismo donde, como sociedad, caemos de bruces en la manipulación mercantilista y política, sin posibilidades de mejora. No obstante, podemos considerar que quizás esta, a su vez, sea el camino más rápido para ir hacia el uso efectivo de las tecnologías, ya que el problema no son estas ni las personas que las usan. Aquí merece la pena recordar experiencias donde las tecnologías transformaron la sociedad —y esta las adoptó cambiando su cultura— como sucedió con la llegada de la radio a Colombia que, con su eficaz enfoque educativo y de esparcimiento, permitió formar a la población rural, reduciendo el campante analfabetismo y convirtiéndose en un modelo que se replicó en toda Latinoamérica (Morad, 2017). Pero eso fue hace 80 años.
Así pues, el desarrollo socioeconómico de las naciones está apalancado por las invenciones tecnológicas; de hecho, teniendo en cuenta la catastrófica realidad del cambio climático, podríamos decir que la existencia misma de la humanidad, en el futuro, se garantizará mediante el uso de tecnologías inteligentes y de eficiencia energética (IPCC, 2019).
Si lo que queremos es distraernos del reflejo de una sociedad desigual y atestada de soledades concurridas, el reto que enfrentamos hoy no se refiere a cómo lograr alcanzar el uso eficaz de las tecnologías para ser más competitivos y productivos, sino a cómo lograr que la productividad sea el entretenimiento social. Este cambio de paradigma toca diferentes componentes de la sociedad y, en especial, a la educación.
Ahora que la pandemia contribuyó a acelerar la adopción de tecnologías, además de revelar las carencias existentes, debemos preguntarnos sobre el perfil que el educador debe tener y la forma como se puede potenciar la toma de las redes sociales en el ámbito educativo. Necesitamos más edutubers, escuelas para influencers, debemos formar desde las escuelas a los niños en temas relacionados con tecnologías IOT, industria 4.0, el uso de las TIC y sus riesgos, para lograr una generación con la capacidad de originar criterios mediante el contenido que le rodea y no simplemente ser el resultado de lo que consume en el streaming; es menester adaptar la educación, pues esta debe ser protagonista en la generación de contenidos audiovisuales, juegos educativos interactivos y fascinantes, y experiencias inmersivas de realidad virtual (UNESCO, 2020). No podemos darnos el lujo de perder lo que la pandemia nos enseñó: debemos cambiar o seguir condenados a más de diez años de improductividad.
Jorge Eliecer Carvajal Docente Facultad de Ingeniería Universidad de Antioquia
Referencias bibliográficas
Beltrán, E. (2017). Redes sociales virtuales como dispositivos mediáticos contemporáneos. Cuadernos de Lingüística Hispánica, 30, 105–123. https://doi.org/10.19053/0121053X.n30.0.6190
Vení, hablemos es un programa radial que busca apoyar la educación en salud en tiempos de pandemia. En cada uno de sus episodios, la Universidad acompaña las dinámicas de la vida familiar y barrial a través de un formato cercano que recorre la cotidianidad de los asuntos que vivimos y que queremos comprender acerca de la salud mental, emocional y física en los ámbitos de la familia y la comunidad en las que habitamos.
Este programa radial se ubica en la tradición de la educomunicación. Cuenta con la orientación temática de la doctora Isabel Posada Zapata, profesora de la Facultad Nacional de Salud Pública, psicóloga y coordinadora del Grupo de Trabajo de Educación, Promoción y Prevención de la estrategia UdeA responde al COVID-19. En cada episodio convergen la experticia de investigadores y docentes de la alma mater con escenas cotidianas representadas a través de la radionovela Risas y roces en Barrio Contento. En este espacio radial el ingrediente sonoro esencial es la participación de la audiencia familiar, pues para ella suena cada semana.
Vení hablemos se emite a partir del 5 de marzo de 2021, todos los viernes a las 11 a.m. a través de la Emisora Cultural Universidad de Antioquia, Sistema de Radio Educativa, en las siguientes frecuencias radiales:
Medellín 1410 AM
Andes 100.9 FM
Turbo 102.3 FM
Carmen de Viboral 103.4 FM
Puerto Berrío: 94.3 FM
Caucasia: 96.3 FM
Santa Fe de Antioquia 90.6 FM
Conoce aquí todos los programas que hicieron parte de la primera temporada de Vení, hablemos.
¿Cuáles son los principales retos de la virtualidad para los docentes? Andrea Benítez, Dinamizadora académica de Ude@ Educación Virtual y docente, comparte su experiencia con los procesos de enseñanza mediados por las TIC, debido a la pandemia de Covid-19.
Yeimy Andrea Benítez Pérez Dinamizadora académica Ude@ Educación Virtual
¡Por fin llega diciembre! Tiempo en el que los trabajos escritos y los documentos de clase nos dan un respiro… Aquí queremos compartirte algunas posibilidades para que no desaproveches la oportunidad de conocer nuevas culturas y puntos de vista gracias a los libros.
El Programa Institucional de Formación en Lengua Extranjera (PIFLE) de la Universidad de Antioquia, es la estrategia que busca y fomenta el aprendizaje de lenguas extranjeras (europeas, asiáticas, ancestrales) en la comunidad universitaria —especialmente para los estudiantes de pregrado— promoviendo un aprendizaje autónomo apoyado por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
A propósito, hemos conversado con Julián Esteban Zapata Gómez, coordinador del programa, quien nos ha compartido algunos de los principales retos que ha tenido en su quehacer cotidiano en la virtualidad, en el marco de lo que hemos vivido en los últimos meses, y nos ha contado sus recomendaciones para el periodo de vacaciones que se avecina.
Julián Andrés Escobar Cogestor de Apropiación Ude@ Educación Virtual
Un alud de información vinculada a la contingencia generada por la covid-19 se nos vino encima desde los primeros meses de 2020. En respuesta a ello, la Universidad de Antioquia despliega desde entonces el Proyecto de uso de la radio como medio educativo. Aquí se ubican las raíces de Vení, hablemos, un programa radial que busca apoyar la educación en salud en tiempos de confinamiento. Con cada episodio, la Universidad acompaña las dinámicas de la vida familiar y barrial a través de un formato cercano que recorre la cotidianidad de los asuntos que vivimos y que queremos comprender acerca de salud mental y física en los ámbitos de la familia y la comunidad que habitamos.
Vení, hablemos se ubica en la tradición de la educomunicación; cuenta con la orientación temática de la doctora Isabel Posada Zapata, profesora de la Facultad Nacional de Salud Pública, psicóloga y coordinadora del Grupo de Trabajo de Educación, Promoción y Prevención de la estrategia La U responde al Covid-19. En cada episodio convergen la experticia de investigadores y docentes de la Alma Mater, con escenas cotidianas representadas a través de la radionovela Risas y roces en Barrio Contento. En este espacio radial el ingrediente sonoro esencial es la participación de la audiencia familiar, pues para ella suena cada semana. En la siguiente línea temporal, te invitamos a navegar por la historia de un contenido sonoro nacido en tiempos de pandemia, que ha llegado para quedarse y acompañar a la comunidad universitaria, a las familias, al barrio y a la sociedad.